Cronica de una Muerte Anunciada
- Escrito por Daniel Modai
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Muerte futbolística, de eso estamos hablando. Fin de ciclo. La transición más difícil de la historia estuvo en manos de Martín Demichelis, con un plantel que había ganado mucho y que siguió consiguiendo títulos en su primer año de gestión. Ganar en River no es para cualquiera y él lo consiguió, valoremos lo obtenido.
En River no solo importa ganar sino que hay que jugar bien, respetar la forma de juego que marca la historia pero sobre todo tener un plus de empatía con sus hinchas. En este club la exigencia es extrema a tal punto que los resultados pasan a un segundo plano en determinadas circunstancias. Eso es lo que nos diferencia del resto. Las últimas decisiones del DT dieron una muestra clara de lo perdido que estaba el cuerpo técnico. Decisiones que pasaron estrictamente por lo futbolístico pero también tenemos que hablar de la gestión de factor humano. La salida de Enzo Pérez dejó de manifiesto una falta de liderazgo dentro de la cancha y muchas dudas por los motivos de su salida. Cuando nos tocan a los ídolos empezamos a desconfiar de cualquiera. Las explicaciones no convencieron al hincha y ahí fue donde se empezo a mirar de reojo al técnico.
Más allá de algunos silbidos y las críticas virtuales, Demichelis tuvo el apoyo hasta el final, es una profesional que salió del club, que se crió en River, es hincha y que sabe bien lo grande que es la institucion. Pero internamente los hinchas sabíamos que algo andaba mal. El equipo no le respondía y para mejorar había que hacer un cambio de mentalidad y traer refuerzos, no incorporar futbolistas, sino reforzar el plantel con jugadores de calidad, que sean titulares en sus equipos, que lleguen y jueguen. Más allá de la edad o un pasado en el club, a lo que River tiene que apuntar es a la personalidad. Jugadores con fortaleza mental, que se banquen las paradas bravas, que la pidan siempre y sobre todo que quieran jugar con la camiseta más pesada del continente.
Los jugadores del plantel tienen su parte activa en todo este batifondo. Muchos de ellos faltos de actitud, algo innegociable en este deporte y con nuestra camiseta. Rendimientos por debajo de su nivel llamativamente prolongados. Según las lágrimas, todos estaban en comunión con Demichelis, cosa que dudamos. Por más de que no les guste las indicaciones las tienen que acatar y dejar la vida. Es cierto que el DT perdió credibilidad con el correr de los partidos. Demasiados cambios de nombre y posiciones que generaron un malestar general dentro del plantel, quieran reconocerlo o no.
Los dirigentes hicieron lo suyo. Se encargaron de hacer su negocio y de traer los jugadores que a ellos les convenía, no los que pidió el DT. Expusieron al cuerpo técnico ante la crítica popular sin darle las herramientas para afrontar un compromiso desafiante como es definir la copa en el Monumental. Intentaron desestabilizar la moral del técnico mandando a periodistas y medios partidarios bancados por ellos mismos a criticarlo despiadadamente para que se vaya solito. Demichelis aguantó con el corazón hasta que entendió que una salida elegante era el mejor camino para volver. Fue muy gratificante la forma en que se lo despidió, la gente de River actuó racionalmente. No se merecía pasar un mal momento.
Ahora solo queda esperarlo a él. Es el único que puede desde lo anímico darnos el golpe que necesitamos para lograr la copa. Tendrá que trabajar muchísimo, no podrá hacer magia en poco tiempo. Brito tiene en la manga la carta para hacer historia. Tendrá que aceptar el plan de contingencia que le ofrecerá de acá a fin de año y después devolverle la llave del club. Muñeco esta es tu casa de dónde nunca deberías haberte ido, antes es preferible que se vayan todos. El Muñeco es de River, de River de verdad.
DANIEL MODAI Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Imagen: Fer Arenas