El Encargado
- Escrito por Daniel Modai
- Publicado en Deportes
- Visto 88 veces
- tamaño de la fuente disminuir el tamaño de la fuente aumentar tamaño de la fuente
- Imprimir
- No comment
La reconstrucción está en marcha. A la espera de la presentación oficial del regreso del entrenador más ganador e influyente de la historia, River jugó un partido de fútbol, por qué de eso se trata este juego. Es tanto lo que genera Gallardo que perdimos de vista este compromiso. Un empate que dejó pocas diferencias de lo que veníamos viendo. Últimamente nos conformamos con poco pero ahora la exigencia va a volver a su lugar, ese lugar del que nunca tendría que haberse ido.
La única certeza es que Gallardo va a tener que trabajar y mucho. Hay jugadores muy bajos futbolísticamente pero que pueden dar mucho más. Duró 20 minutos el cambio de ánimo. Lógicamente Escudero en poco tiempo mucho no pudo hacer. Intentó jugar a la lógica, sin nada extravagante y ubicó las piezas en sus lugares. Dejando de lado la numerología y haciendo hincapié en lo sencillo que es el fútbol. A veces lo simple es tan o más productivo que la sobre planificación. Dejar en los pies de los jugadores la improvisación y el arte de los impensado para sorprender al rival.
River arrancó bien, con casi la misma formación que en el último partido. El único cambio fue en la mitad de la cancha, Aliendro ingresó por Lanzini para dar un poco más de batalla en ese sector. Arrancando por izquierda, ubicándose con doble cinco perpendicular, Rodrigo fue el factor sorpresa del equipo, tal es así que pisó en varias oportunidades el área rival. Acompañado por un Kranevitter posicional que manejó aceptablemente los hilos desde el círculo central.
Simon volvió al carril derecho, sin tanto recorrido pero colaborativo en la marca. Casco, también por ese sector pero demasiado intrascendente. No tuvimos la explosion que se suponía por derecha con tres jugadores naturales que prometian utilizar la banda con eficacia. La punta de lanza fue Solari que tendrá que aprender que la materia es impenetrable si quiere conservar el puesto. Borja sombrío el área pero mucho roce lo dejó fuera de acción. No quiere decir que no se la banque, es uno de los pocos que con su actitud puede conseguir algo más allá de lo futbolístico.
Destellos de Mastantuono lo volvieron a mostrar como el distinto, como el constructor del juego que necesitamos para marcar la diferencia (y eso que todavía no lo agarró el maestro mayor de obra). La dupla central pareció funcionar bien pero de arriba se manejó mejor en el área rival que en la propia. GP levantó el nivel, tuvo una por elevación y otra por abajo, diríamos las más claras. El chileno irregular en la marca también pudo haber convertido.
Las variantes llegaron tarde, se suponía mayor presencia juvenil. Debutó el pibe Lencina, otra de las promesas que vienen pidiendo pista. El detalle no menor es que ninguna de las incorporaciones de la era Demichelis tuvo minutos en los últimos dos partidos. Veremos en qué deviene está cuestión y sabremos si verdaderamente los refuerzos los trajo el DT o fue una imposición de alguno de los dirigentes encargados del fútbol y no visto con buenos ojos por el CT entrante.
Gallardo llega para acomodar más que un equipo dentro de la cancha. Toda la estructura se vio debilitada desde su partida. Estamos en un punto donde vale más despertar que soñar, para eso ya habrá tiempo. Marcelo es un hombre que vive pensando en el bien del club. Está en todos los detalles, llega para volver a encarar un proceso que nos lleve a ser los más grandes del continente nuevamente. Disfrutemos y valoremos lo que significa “El Muñeco” en nuestras vidas. Volveremos a ser mejores personas, mejores amigos, padres, madres, hijos, etc. Volveremos a ser River.
La segunda revolución comienza y promete continuar con esta hermosísima historia de amor.
DANIEL MODAI Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Imagen: Fer Arenas